La otra mañana, leyendo articulos de prensa...
"Instalan «asientos del amor» en un centenar de autobuses de Copenhague".
El titular ya me llamó la atención de por sí, y es que una compañia británica de autobuses ha instalado este nuevo "invento" en un centenar de autobuses de Copenhague para favorecer el flirteo entre pasajeros del mismo.
Se trata de dos asientos contiguos de color rojo, con reposacabezas incluidos que funcionarán de forma experimental a lo argo de dos semanas, pretende crear un mejor ambiente en los autobuses de la capital danesa a través de una invitación directa a flirtear y sonreír a los pasajeros que ocupen esas plazas. La empresa señaló que el objetivo es también modificar las costumbres de la gente e impulsar el uso del autobús como medio de transporte.
No sé si esta iniciativa dará sus frutos la verdad, pero bueno, alomejor ahora acabamos diciendo aquello de : has perdido tu tren, pero en vez de este, un autobús.
La verdad que está claro que es una acción meramente comercial, y yo me pensaría muy mucho sentarme un asiento de estos en los que seguramente eres observado por el resto de pasajeros que cuchichean a cerca de aquellos dos de los asientos del amor.
Es una idea divertida y atrevida,
pero se les ha olvidado un pequeño detalle, y es que el amor llega solo,
no se puede planificar como si de una campaña publicitaria se tratara.
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