...Bienvenidos a la alacena, un espacio muy personal...


...La alacena

es ese lugar donde guardo todos mis pensamientos, es el mar, es el olor a vainilla y lluvia, un otoño soleado, es musicalidad, es un toque vintage, es equilibrio y desequilibrio inesperado, es
nostalgia, arte y creatividad a punto de estallar, es un ratito de mis noches y
lunatismo en estado puro, es amor, desamor, es retro-actual y al fin y al cabo
un armarito donde escondo mis cosas y hoy lo dejo entreabierto para vosotros...







Bienvenidos a la alacena.
















19/5/10

Bisexualidad

La homosexualidad se ha convertido actualmente en una especie de "epidemia" o "moda" en la sociedad en la que vivimos. A lo largo del tiempo a sufrido diferentes reacciones de aceptacion, rechazo, persecución o reconocimiento.
Sabemos que la homosexualidad, tanto la femenina como la masculina, es una práctica conocida desde la antigüedad. La denominación no deriva del prefijo latín homo que significa hombre, sino del vocablo griego homoios, que define lo que es igual o semejante: homeopatía (cura por el similar), homogéneo (algo parejo), homólogo. Desde lo etimológico, homosexual sería quien tiene afinidad sexual por personas de su mismo sexo. A las mujeres homosexuales también se las denomina lesbianas, en honor a la isla de Lesbos donde residía la poetisa Safo, célebre por la belleza de sus cantos al amor y al amor homosexual en particular. Allí, en "la morada de las discípulas de las musas" cantó a la "amada ausente", a quien "igualaba a una diosa insigne" y "aguardaba con el fuego prendido en el corazón, abrasado de deseo".


Sobre la base de estudios antropológicos se puede afirmar que la homosexualidad es una constante universal de la cultura. Se ha observado su presencia tanto en pueblos primitivos como en otros altamente desarrollados; en sociedades en decadencia tanto como en aquellas que estaban en su apogeo, y no depende de los valores religiosos de una civilización dada. Siempre se menciona a los griegos, que habían alcanzado altísimos niveles culturales y políticos, como cultores del amor homosexual. En esto cabría hacer una aclaración: en principio eran partidarios de un pansexualismo, es decir un culto al amor y al erotismo. No solían ser homosexuales exclusivos y amaban la virilidad total. Esto se apoyaba en una verdadera aversión o desprecio por las mujeres (misoginia), a quienes consideraban inferiores. Platón, en "El Banquete", aconsejaba enviar a la guerra a parejas de varones para que se defendieran mutuamente. Algo de esto ocurría con la pareja de Aquiles y Patroclo, en "La Ilíada".


Popularmente se dice que es bisexual un individuo que tiene prácticas con personas de ambos sexos. Desde lo evolutivo y lo morfológico, vemos que en los fetos hay una constitución básicamente bisexual, en la cual luego se van definiendo los caracteres sexuales hacia uno u otro sexo genéticamente determinado. Los embriones, en su primer estadío, son morfológicamente femeninos hasta que, en el caso de los varoncitos, los andrógenos fetales los van diferenciando; pero, de no existir esta hormona, aunque genéticamente sean varones pueden nacer con caracteres femeninos o con cuadros de hermafroditismo. Freud introduce el concepto de bisexualidad en psicoanálisis y nos habla de que todo ser humano tendría constitucionalmente disposición sexual tanto masculina como femenina, y esto se manifiesta en los conflictos que experimenta el sujeto para asumir su propio sexo.

En los chicos suelen verse contactos con otros de igual sexo; pero esto constituye parte de su evolución sexual. Muchos padres, aterrados por su propio temor a la homosexualidad, ven en estos juegos prácticas aberrantes en lugar de entender que son propias del crecimiento.

Hay quien sostiene que las relaciones entre lesbianas son más estables que la de los varones homosexuales y probablemente sea cierto. Quizá, lo mismo se podría decir, por lo menos de nuestra cultura, de las relaciones heterosexuales: el varón siempre hace gala de promiscuidad y relaciones extramatrimoniales otorgándose ese derecho en exclusividad para él, y niega para la mujer la misma opción o, en el caso de que la tomen, las moteja de prostitutas o inmorales. Muchas parejas de lesbianas constituyen parejas estables, pero con las características atribuidas a las heterosexuales: monogamia, fidelidad o infidelidad oculta.
Destacaría que no habría que discriminar a nadie por su elección sexual, sea hetero, homo o bisexual ni indicar terapias correctivas para cambiar la elección sexual.

En esta espinosa cuestión las opiniones personales cuentan más que en ninguna otra: hay personas muy esclarecidas que aceptan intelectualmente la homosexualidad, pero la rechazan afectivamente y no desean para sí o para sus hijos este tipo de prácticas.

Claramente un caso cercano me comentaba que desde su niñez había experimentado deseos bisexuales y contactos con personas del mismo sexo, pero, dada su situación familiar de conservadurismo y religiosidad, siempre se lo habían mostrado como si de un delito se tratara, sintiendose la chica en cuestión en infinitas ocasiones una mala persona.

Pasaron los años y esa niña se hizo madura y consciente de su sexualidad, ella sabía perfectamente que le gustaban tanto hombres como mujeres pero nunca tuvo valor para decirlo abiertamente o experimentarlo maduramente, sentía que estaba cometiendo un delito como sus padres le habían inculcado en su niñez.

Un día la chica decidió dar rienda suelta a sus ideas e intentó que su entorno de amigos fueran participes de su forma de ser, ellos en su mayoría encantados y aceptantes.

La chica poco a poco empezó a perder ese sentimiento de culpa que la atemorizaba y le hacía sentirse mal porque era aceptada por su gente, aunque a día de hoy aún le atemoriza el hecho de que sus familiares puedan enterarse.


Con esto quiero decir, que la bisexualidad está muy influenciada por la educación, las tradiciones, las cuales no siempre son acertadas, al igual que en su día la libertad de expresión estaba muy vetada y a día de hoy es un derecho fundamental...


Sólo quiero que no le vuelva a pasar a una persona , (porque los bisexuales son personas como otras cualquieras y quizás mas sentimentales), lo que le paso a esta chica que hasta sus casi 25 años se ha estado sintiendo culpable sin motivo alguno.


Dejemos al ser humano que sea libre de elejir y de orientarse tal y como sienta, a ti no te hace ningun daño, pero quizás tu rechazo si que se lo haga a ellos.